La frustración del filósofo

Ser filósofo no es fácil – normalmente uno camina acompañado, pero casi siempre llega solo a su destino.

El trabajo de la filosofía implica detectar, observar, analizar, influir y medir, una y otra vez – es a veces más parecido al método científico que cualquier otra disciplina intelectual, sin embargo dicho acto implica que si el filósofo eligió un buen tema para estudiar es porque la mayoría de las personas no lo está viendo – ergo, sigue solo en el universo.

Pero, ¿porqué solo? Porque es el camino del BUEN filósofo, el camino de la soledad. Si el filósofo elige un tema del cual nadie ha hablado, estará solo – si el filósofo voltea y está acompañado, tal vez está observando un tema que ya ha sido analizado previamente – puede ser que se esté equivocando y esté atacando un problema que no lo es.

Por otro lado, la soledad llega como resultado de la falta de comprensión del resto de la sociedad. El filósofo se queda solo hasta que un grupo de personas comienza a comprender la importancia del tema que plantea el filósofo – normalmente es un grupo pequeño, ya que esta disciplina suele arrojar resultados “fuera de lo común”.

Al final el filósofo vive frustrado, porque ve cosas que pueden mejorar realizando algunos cambios en las estructuras dignas de su estudio, pero como tal nunca puede influir en ellas, ya que su trabajo es filosofar, no ejecutar – y aún cuando así lo quisiera y suponiendo que el filósofo tuviera la capacidad epistémica y ejecutoria de algún tema de interés, rara vez le permitirán echar mano a las estructuras, pues saben que se provocaría un cambio que no alcanzarían a digerir.

Vivir comprendiendo la vida, pero incapaz de comunicarlo a los demás… esa es la frustración del filósofo – entender que con un par de acciones insignificantes se puede mejorar el tejido social, pero nadie – o muy pocos – dispuestos a entender lo que dice, y peor aún, a apropiárselo para hacerlo suyo.

…pero aún así el filósofo no puede dejar de serlo, porque sería olvidarse de su esencia. ¿El resultado? Un filósofo frustrado, que camina casi siempre solo por el mundo – a pesar de estar rodeado de personas.

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